Atacama
Desierto & Altiplano, Chile
Zonas que exploramos
Nuestras exploraciones en Atacama se dividen en cinco zonas de altitud diferentes, cada una con un conjunto de características geográficas, culturales y biosféricas únicas. Todas las exploraciones han sido diseñadas con el fin de develar gradualmente la esencia del territorio, ya sea a pie, en bicicleta o desde el observatorio de Explora. Recomendamos comenzar con exploraciones en la zona de la Cuenca del Salar donde se encuentra nuestro lodge, continuando con exploraciones en la zona de Quebradas Intermedias, zona de Altiplano y, finalmente, zona de Montaña.
Cuenca del salar
La parte más baja de esta zona corresponde al salar de Atacama (2.350 m.s.n.m.), una cuenca endorreica (sin salida al mar) que acumuló las aguas y sedimentos
provenientes de los volcanes y montañas circundantes durante millones de años. Hoy, el salar alberga un ecosistema complejo que incluye tres de las seis
especies de flamencos existentes en el mundo. También dentro de esta zona, la Cordillera de la Sal se eleva hacia el oeste en un espectáculo geológico: montañas
coronadas por sedimentos minerales, contrastadas contra el cielo y el desierto.
Finalmente recomendamos explorar el Oasis de San Pedro, un enclave de vida donde tradiciones locales se mantienen vivas en las manos de sus habitantes.
Quebradas Intermedias
Cientos de quebradas conectan las zonas del Altiplano y la Cuenca del Salar, tramando el desnivel entre ambas. A su vez, enormes muros de piedra
volcánica desfilan hacia el abismo mientras que pequeños arroyos inyectan la tierra de vida, irrigando especies medicinales silvestres que han sido utilizadas
por comunidades de pastoreo durante siglos.
La cordillera Domeyko, ubicada en esta zona, alberga simultáneamente vida silvestre y patrimonio cultural, con auquénidos y milenarios
petroglifos coexistiendo en las mismas laderas. Las quebradas proporcionan albergue y cobijo para que la vida florezca, como es el caso de la Reserva de Conservación Explora Puritama, en que aguas termales dan vida a un frágil y complejo ecosistema.
Altiplano
La zona del Altiplano – o Puna como se la conoce localmente – se extiende entre los 3.800 y 4.300 m.s.n.m. Se trata de una meseta elevada, coronada por imponentes montañas, volcanes y géiseres. La falta de oxígeno, intensa radiación solar y temperaturas extremas, mantienen este territorio desconectado y protegido del resto del mundo, llamando solo a unos pocos viajeros atraídos por
la belleza indómita e inusual que lo caracterizan.
Montaña
Las mejores vistas de Atacama se pueden encontrar desde las cimas del volcán Licancabur, además de las montañas Kimal, Toco, Láscar, Corona, Soquete,
Sairecabur y Colorado, todas cumbres que se elevan por sobre los 5.000 m.s.n.m. La implacable altitud que define esta zona requiere resistencia física y preparación, por lo que paciencia y disciplina son fundamentales. No obstante, la recompensa hace
que cada paso valga la pena: un encuentro único con el mundo desde lo alto.
Cielo
Los cielos nocturnos de Atacama son un espectáculo en sí. Al caer la noche, el firmamento cobra vida con la luz de la Vía Láctea o Río Celestial, como se le conoce localmente. La nitidez de los cielos oscuros de Atacama permite imaginar todo tipo de constelaciones en la infinita trama estrellada. De esta misma manera, los antiguos atacameños a menudo buscaban respuestas divinas en el firmamento. Al centro del Río Celestial, por ejemplo, se encuentra la Yakana o constelación de la Llama, vista
amamantando a su cría recién nacida. A su derecha es posible ver las constelaciones de la Perdiz, la Rana y la Serpiente, que guían a los pastores y granjeros andinos,
protegiéndolos de las abruptas inundaciones estacionales.